Viaje alucinante a COSTA AMALFITANA

Viaje alucinante a COSTA AMALFITANA

Viaje alucinante a COSTA AMALFITANA

Si me seguís en redes, veríais que hace unos meses estuvimos de vacaciones en la Costa Amalfitana, en Italia.

La verdad es que llevaba tiempo queriendo hacer este viaje porque me habían hablado genial y había visto recomendaciones, fotos y posts muy chulos de toda esta zona, así que por fin, entre ola y ola de covid, encontramos nuestra oportunidad y ahora ya puedo recomendaros cositas de primera mano. 

Volamos a Roma y desde ahí nos movimos hasta la Costa Amalfitana así que, aunque ya conocíamos esta espectacular ciudad, pudimos disfrutar de ella una vez más. 

Estuvimos más o menos un día y medio en Roma a la ida y otro día y medio a la vuelta. 

En Roma tenéis un montón de sitios que no podéis dejar de visitar cómo el Coliseo, la Fontana di Trevi, la Plaza de España, la Plaza Navona, la Basílica de San Pedro y el Vaticano, el Panteón o la Capilla de Sant’Angello, pero lo que de verdad os recomiendo (aparte de hacer la foto típica en estos puntos), es haceros con unas buenas deportivas y un par de botellas de agua y recorrer la ciudad andando. Dejaros llevar, perderos por todas sus calles y barrios. No encontraréis algún rincón que no tenga un encanto especial. 

De verdad que es una de las ciudades más bonitas que conozco (y no solo lo digo yo), así que lo mejor es echarle ganas y patearla a tope para poder disfrutarla y sacarle el máximo partido. 

La gastronomía italiana ya sabéis en qué se basa y es espectacular. Pasta y pizza, pizza y pasta pero como nunca la has probado. En esta ocasión disfrutamos de sitios como Tonarello, la Pizzería Da Baffeto, Piccolo Buco, la Trattoria Da Enzo o Polpetta Trastevere y lo cierto es que comimos realmente bien. 

Desde Roma elegimos llegar a la Costa Amalfitana en autobús. Es un poco rollo porque son unas 4 horas de viaje pero preferimos elegir el bus antes que alquilar un coche porque, aunque éste te da más libertad, habíamos leído que las carreteras eran bastante peligrosas, la forma de conducir en Italia es horrible, para aparcar íbamos a tener muchísimos problemas y el tema precio no nos compensaba.

Nuestro campamento base fue Sorrento y desde ahí era muy fácil coger ferrys cada día para ir a los distintos pueblos que queríamos visitar (otra alternativa muy útil al coche).

La verdad es que Sorrento nos encantó. Está como a dos alturas pero es de los pueblitos “más cómodos” de ver. La parte de arriba es donde nos alojamos, tiene una calle principal llena de tienditas y restaurantes y un montón de callejuelas pequeñas que salen de ella. Además tiene miradores desde los cuáles se ve toda la zona de la playa y las vistas son preciosas.

Si bajas a la “planta de abajo” (sabiendo que luego tendrás que subir y la altura es más que considerable), llegas a la zona del puerto (de donde salen los ferrys), las playas (Marina Piccola y Grande) y también es chulísimo de ver así que creo que elegimos muy bien el sitio donde alojarnos.

Desde Sorrento cogimos ferry para ir un día a Capri, otro a Positano y otro a Amalfi. El trayecto más largo es a Amalfi pero no se hace demasiado pesado. A Capri y Positano la verdad es que se llega bastante rápido.

El precio de los ferrys rondaba entre 13 y 18 € por persona y por trayecto (también creemos que compensaba al tema del coche que habría que haber estado pagando parkings y gasolina) y los tickets se compran directamente allí en Sorrento cada mañana antes de salir (no es necesario reservar, al menos en la fecha que fuimos nosotros, ni comprarlos de forma anticipada).

Estos tres pueblitos son una absoluta maravilla, eso sí, id cómodos y desayunar fuerte porque aquí sí que no os queda más remedio que subir, subir, subir y subir (y luego bajar) si queréis hacer un buen recorrido por cada uno de ellos.

Ya solo la estampa que tienes según te acercas por mar en el ferry es una pasada, son pueblos de postal, pero una vez que te mezclas con las casitas de colores, la gente y el ambiente, lo disfrutas muchísimo más si cabe. 

En Capri además, según llegamos reservamos una excursión también en ferry alrededor de la isla. En esta excursión te muestran todo lo relevante de Capri desde el mar (incluidas todas las famosas grutas y el puente del amor) y si quieres también puede estar incluída la entrada (con pago extra) a la Gruta Azul. Nosotros no pudimos entrar por la marea así que ahí nunca te garantizan que puedas visitarla aunque lo intentarán. 

Las playas en toda la Costa Amalfitana (o al menos en estos pueblos que nosotros visitamos), son en su mayoría privadas y bien caras. Casi todas tienen una zona pública pero mucho más pequeña y masificada. 

Tanto en Capri como en Positano nosotros si disfrutamos de estas zonas porque llegamos pronto y no había demasiada gente así que según nos bajamos del ferry estuvimos en la playa un ratito y luego ya nos dedicamos a patear el pueblo hasta la tarde que salía nuestro barco de vuelta.

En el mapita os dejo todos los sitios que hay que visitar sí o sí en cada pueblo y algunos restaurantes recomendados. Aunque igualmente, y como os decía al principio, dedicaros a caminar y a disfrutar del paisaje más que a ir de punto a punto sacando la foto de rigor. 

En fin, un viaje que os recomiendo sin duda. ¡Espero que vayáis y me contéis y que lo disfrutéis tanto como nosotros!

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