Hacía tiempo que no salía de un restaurante con la sensación de haber acertado con la elección de pleno y eso es justo lo que nos pasó con Terracotta.
Maravilla de sitio, de ambiente, de servicio y por supuesto de platos.
Todo el espacio es de colores cálidos, beige y marrones, tonos arcilla lo que hace que sea súper acogedor. Cuentan con distintas salas en dos plantas.
Nosotros estuvimos en la de arriba. Primero unas mesitas altas, un rincón perfecto para tomar algo. A continuación mesas bajas con sillones y una barra donde preparan una gran selección de bebidas, cócteles y sangrías de autor. Y al final otro saloncito con mesas bajas y bancos corridos donde poder disfrutar de una comida o cena perfecta.
El restaurante os va a encantar, además no es nada ruidoso, es muy tranquilo y no tienes que alzar la voz para tener tu propia conversación.
En cuanto a la carta, pues la verdad es que queríamos probarlo todo y cómo no pudo ser, no nos quedará más remedio que volver 🙂
Para compartir pedimos las croquetas de carabinero, velo ibérico y alioli de ajo negro y las alcachofas crujientes con tomates caramelizados. Los dos platos deliciosos pero también habríamos probado otros como el brioche de calamares, limas encurtidas y hierbas frescas, las flores crujientes de calabacín rellenas de speck, mozzarella y anchoa o los huevos rotos con tartar de atún rojo Balfegó. ¡Para la próxima!
De segundo probamos la carrillera de ternera glaseada con parmentier de patata, el steak tartar a cuchillo de vaca madurada sobre brioche y el magret de pato braseado, manzana asada, calabaza con salvia y demi glacée de naranja y canela.
A cada cuál más espectacular.
Aunque quedamos bastante llenos, dejamos un pequeño hueco para el postre y probamos el terramisú de sobremesa al momento. Estaba delicioso. Para la próxima probaremos también la torrija caramelizada, salsa toffee y helado de vainilla y la tarta cremosa de queso que pintan brutales.
Por último quería hacer mención especial al servicio y el trato que nos dieron. No en todos los sitios cuidan tanto cada detalle y te hacen sentir cómo en casa, así que cuando es así, ¡hay que reconocerlo y agradecerlo!
En fin, un sitio más que recomendable. Ojalá vayáis y os guste tanto cómo a mi.
¿Dónde está?
Terracotta – Calle Velázquez, 80, Madrid. Visita su web.