Oda al producto en FLORES DE ALCACHOFA

Oda al producto en FLORES DE ALCACHOFA

Oda al producto en FLORES DE ALCACHOFA

Flores de alcachofa es uno de esos sitios donde me gusta ir con mi familia porque sé que es acierto seguro. Espacio bonito, buena comida, buen producto y recetas tradicionales. Y allí que fuimos a celebrar el día de la madre.

No hay muchos alimentos que representen tan bien la cocina mediterránea como lo hace la alcachofa y en torno a este producto gira la filosofía de este restaurante. Es hermano de El Pimiento Verde donde este plato también era el más demandado. Es por eso, que doce años después, David Lecanda apostó por abrir Flores de Alcachofa donde ésta tuviera todo el protagonismo.

El restaurante tiene un estilo colonial clásico. Mucha vegetación y calidez a partir de materiales naturales y un toque tropical. Un lugar donde te sientes realmente cómodo. Además cuentan con una terraza (acristalada o no en función del tiempo) perfecta para el veranito.

En la cocina, mucho sabor mediterráneo con una original fusión europea y latinoamericana de donde traen guacamoles, tequeños, empanadas, arepas, ceviches o ropa vieja para recrear en Madrid los sabores latinos.  

Por supuesto los vegetales son el hilo conductor de toda la carta. Las flores de alcachofa, el plato estrella, son las originales y auténticas, por su sabor, su textura y además porque están disponibles todo el año con la misma consistencia. Es obvio que no podéis iros sin probarlas. Aunque también hay otras opciones tan ricas como la brocheta de champiñones y trigueros o los espárragos cohíba con mahonesa de kimchee y entrantes, no vegetales como las anchoas de santoña o el aguachile de langostinos, aguacate y cebolla roja.

Otros platos muy destacables también son sus carnes como el entrecot de Rubia Gallega, raza de carne que conforma también el núcleo de nuestra hamburguesa, las carrilleras de ibérico con salsa de vino dulce o sus riquísimos pescados como el pulpo, con el que hemos cometido el pecado de añadir polvo de chorizo, los chipirones, potenciados con un ali-oli de su propia tinta, o los medallones de bacalao, suavizados con una elegante crema de piquillos.

No perdáis de vista sus arroces porque, de primera mano puedo decir que también están buenísimos y por supuesto dejad hueco para el postre. Golosos, la tarta de galleta, chocolate y avellanas con helado de chocolate blanco es el vuestro. ¡No os equivocaréis!

No hay excusas para no ir a Flores de Alcachofa, desde la hora del desayuno, hasta la cena y las copas cuando cae la noche su puerta está abierta.

¿Dónde está?
Flores de alcachofa – Paseo de la Castellana, 40, Madrid – Visita su web

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